19 de abril de 2012

La caja de Pandora

Varío mi forma de escribir, llevándola ahora a una nueva plataforma. No puedo negar cuanta nostalgia me causa al pensar en ese viejo cuaderno que debe estar aguardando mi regreso por algún lado de la casa, esperando que escriba siempre en la carilla de la derecha y soportando mis elucubraciones y mi mala caligrafía. Pero vamos, heme aqui una vez más, no sé si intentando vencer al insomnio ó evitando caer en el sueño; sólo sé que estoy respondiendo a esta necesidad intrínseca e inherente de esgrimir este texto y plasmar algunas de mis orbitaciones¹.

El escudo siempre sonriendo y mostrándome los dientes afilados no contaba con áquel tipo de redención, no se preocupó de ello, bajó su guardia y pude acudir a aquel llamado, que quizás pudo ser el último, no lo sé, mas fué suficiente para mí. Emociones encontradas evolucionando rápida y progresivamente, regenerándose, sanando, trayendo paz y ternura. Venciendo a nuestros propios demonios y al miedo mismo. Redimiendo al fin.

Caminando por los pasadizos de nuestro palacio
Te encuentro
Me encuentro
Entre suaves y silentes susurros al viento
Me rindo
Te rindes
Volviendo los sueños mucho más que realidad
Sonrío
Sonries
Y vivo en tu sonrisa que aplaca cualquier mal
Y me enternezco entre tus ojos que iluminan mi camino
Y no suelto tus manos, ni tu sueltas las mias
bosquejando juntos nuestro destino
Uno a merced del otro y viceversa.



En: La caja de Pandora 04/12


¹ El término orbitación no me pertenece, mas creo que el dueño del mismo no se negaria a prestármelo en situaciones como esta.

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